Me regalé unos días en el Hay Festival de Cartagena. El Hay es para los que nos gusta leer y escribir, como la final del Mundial para los amantes del futbol. Es la oportunidad de ver los escritores, de sentirlos, de saberlos humanos, de entender el por qué de sus historias, de conocerlos desprovistos, en la mayor parte de los casos, de su máscara de éxito: la oportunidad de meterse un poco más en el alma del autor.
Estuve en algunas conferencias memorables y descubrí autores, pero sobre todo personas, que como Cees Nooteboom, John Boyne, Rosa Montero o Irvine Welsh lo dejan a uno fascinado con sus vivencias, con su forma de ver y entender la vida y con el amor por su oficio. Creo sin embargo que de todos mi mayor descubrimiento fue Yoani Sanchez, la bloggera Cubana de www.generaciony.com
Yoani Sanchez abrió su blog en el 2006, en una Cuba en donde el internet es un lujo para los turistas,y logró, tal vez sin quererlo, darle a su generación, la llamada generación Y, un espacio para la protesta frontal, para la crítica abierta, para contar desde los ojos del joven Cubano, la realidad tal y como la viven. Creo que su motivación al principio era tal vez menos política; la de dar un espacio amplio al aporte colectivo de su generación, sin sospechar de pronto que su éxito, pero sobre todo su realidad de “ciudadana” como a ella le gusta que la llamen, la iba a colocar en el escenario de la tal vez hoy mas feroz disidente del sistema.
Su blog hoy cuenta con mas de 500.000 seguidores, de adentro y de afuera, de todas las corrientes ideológicas, que quieren entender un poco mejor como es esa Cuba que Yoani nunca quiso abandonar. Su pluma es fresca, crítica, honesta, valiente; pero sobre todo es joven, rebelde y muestra por encima de su antipatía por el sistema, un profundo amor a su patria y un deseo enorme de poner su grano de arena para que las cosas cambien.
Me dejó pensando en nuestro jóvenes, en esos Colombianos que teniendo el espacio para salir a gritar o para escribir sin censura, se han acomodado de alguna manera a un país sin partidos reales, sin voceros de la justicia, sin un líder visible que ponga por encima la ética a la conveniencia. Creo que el de Yoani no es un llamado solamente a sus jóvenes compatriotas; es el llamado a todos los jóvenes latinoamericanos que de alguna manera han perdido la fe en una lucha que sin duda vale la penar dar.