“Se ha dicho que la democracia es la peor forma de Gobierno, excepto por todas las demás que se han probado”.
Winston Churchill
Estoy seguro que se les está presentando el mismo dilema: La convicción de que hay que votar; de que no podemos dejarle nuestro Congreso a los dueños de los tamales, la lechona, el trasteo de votos y demás prácticas tan arraigadas en nuestra pobre democracia. La convicción de que dentro de ese inmenso listado que hoy cuenta con más de 2.386 candidatos – dato de la registraduría- tiene que haber al menos dos, uno para cada cámara, que merezca nuestra confianza. La convicción de que el voto en blanco, si bien es una bonita iniciativa de protesta que de hacerla masiva mandaría un mensaje poderoso a los corruptos y a los ineptos, nos va a dejar en últimas con los candidatos elegidos que no queremos, y de paso sin el derecho a exigirle a aquel a quien hubiéramos apoyado. La convicción finalmente, de que la única forma de iniciar un cambio, es apoyando a aquellos con capacidad de liderarlo, si es que los hay.
Suena bien no?, pues he ahí el problema. Me di a la tarea a hacer la tarea con juicio. Me fui a www.lasillavacia.com, me puse a revisar el curriculum de nuestros ilustres candidatos, utilicé incluso una herramienta que trae la silla para buscar nuestra “media naranja”, y traté allí -fue imposible- de encontrar las propuestas concretas de los pocos seleccionados.
El primer paso, que sonaría como obvio en democracias “maduras” es buscar la guía de un partido. Por supuesto no la hay, por supuesto no lo tengo. Que Colombiano hoy, con dos dedos de frente, tiene alguna filiación política. Los partidos se acabaron hace rato, y los nuevos movimientos son todos caudillistas, sin un ideario, y de su variopinta composición no es uno capaz de identificar posiciones claras y coherentes de tipo ideológico. Conclusión: Por ahí no es.
– El segundo problema es que descontado el partido, no hay más remedio que pensar en un nombre. Pensé en Uribe (si, lo admito, me sigue gustando su liderazgo) pero tengo que descartar de plano al Centro Democrático que al irse por lista cerrada, hace que mi votico le cuente igual a Uribe que a Jose Obdulio, y me sigue pareciendo grave su oposición al tema de la paz. Descartadísimo. Por ahi tampoco va el agua al molino.
-De pronto un joven entonces. Que tal Carlos Fernando Galán por ejemplo, que ha dado pruebas de ser un tipo integro, trabajador, digno hijo de su padre, inteligente de paso. Tampoco se puede. Es cabeza de lista de Cambio Radical, que es de todos, el partido más untado por la parapolítica (15 condenados) y que tiene de paso de tercero en la lista a Antonio Guerra de la Espriella con investigación reabierta por la Corte por vínculos con el paramilitarismo y de cuarta a Daira Galvis, cercana a la Gata y que reemplazó al Parapolítico Luis Alberto Gil en el senado. Chuleado cambio radical también.
-Que tal Robledo, del Polo. Sin duda un Senador inteligente, de esos pocos que van a las sesiones y que como lo hizo Petro en el Congreso (de donde nunca debió salir), hacen oposición abierta al Gobierno tan necesaria en una democracia de mermelada en donde todos le juegan a los puesticos del Gobierno. El problema de Robledo es que lo han pillado en más de una mentira y pareciera que retractarse se le haya vuelo un deporte. Tira la piedra poniendo cara de preparado, pero al final solo puntería y poca sustancia en sus debates.
– Finalmente terminé en Juan Manuel Galán. Lo ha hecho bien en el Congreso (Vean reseña de Dinero: http://www.dinero.com/edicion-impresa/caratula/articulo/los-10-mejores-congresistas-colombia/192359) y me parece un tipo serio, estudioso y valiente. Mi voto va por él. Le tengo, eso sí, un par de sugerencias para su página web, por que está centrando sus ofrecimientos de campaña en la ética, la lealtad a los principios, etc, que no dejan de sonar bonito pero que parto de la base Doctor Galán, son pre requisitos para un padre de la patria. Me gustaría algo más de sustancia en sus ofrecimientos.
Les soy franco. No quedé del todo entusiasmado. Pareciera que de todo este estudio haya quedado sólo el descubrimiento de que para ser Senador de la República, no se necesitan programas serios, sino más bien un nombre sonoro, idealmente sin tocayo: Roy, Musa (es hombre), Roosevelt, Segundo Senén, Tarsicio, Yamina, Arleth, Lidio, Édinson, Honorio, Wendy, Telesforo, Dusán, Stenvenson, Arbey, Witney, Erwing, Nerthink (si señores NERTHINK), Aniceto, Heyder, y Faruk.
No les podemos echar la culpa. Faltaba más que Nerthink no pueda aspirar (tengo que oírle la historia del nombre a los papás); lo que no puede ser es que teniendo tamaña ventaja de recordación en el tarjeton, su asesor de imagen no haga uso de esta en el partidor:
Este es Nerthink: Hermano, por dios!, con tamaño nombre por que se lo quita?. En esta carrera hacia el Senado, en donde los programas no son bandera, termina sólo quedando el eslogan y un buen nombre, uno que no se olvide!.
PD. No voten en blanco. Si hacemos el trabajo en serio no es que abunden pero hay varios muy buenos: Navarro,Claudia Lopez, Rodolfo Arango, Claudia Dangond, Jose Dario Salazar, Juan Mario Laserna;en fin, que no llegue al voto en blanco por pereza o moda.