[google-translator]
N o sorprendió a nadie la noticia de la venta de Yahoo a Verizon. Era la crónica de una muerte anunciada: Una compañía irrelevante que por años dejo de tener sintonía con un consumidor que trasladó sus preferencias hace años hacia Google, Microsoft y Facebook; un mercado que fue pasando su publicidad hacia otros medios dejándola con una mínima porción del mercado y una Marisa Mayer que llegó con los bombos de la mujer maravilla y sale sin pena ni gloria después de haberle inyectado varias transfusiones sin éxito a una empresa desahuciada hace varios años.
El precio final de la transacción, US$5,000 millones, es un saldo costoso para una empresa que logra rescatar algunas pocas inversiones que quedan en su balance (sus acciones en Alibaba y en Yahoo Japón) pero que termina valiendo un porcentaje mínimo de lo que fue el gran conglomerado de los 90s. Yahoo, bajo el incompetente Terry Semel, dejo ir a Google en el 98 por US$1MM, se negó a comprarlo en el 2002 (Google pidió US$5.000MM), dejo ir a Facebook en el 2006 (ofreció US$150MM menos) y dejo ir la oferta que por ellos hiciera Microsoft en el 2008 por US$40.000MM. Ahora los US$5MM parecen mucho.
Al mismo tiempo hizo compras importantes que fue anexando a su portafolio de fracasos haciendo ricos a muchos de sus dueños que se fueron contentos a disfrutar de una temprana jubilación, pero liquidando una a una sus inversiones a las que les ponía el Inri cuando entraban a pertenecer al portafolio Yahoo. Las hay muy conocidas como Flickr, y muy costosas como Broadcast.com por la que llegó a pagar US$5.700MM hoy desaparecida. En total Yahoo hizo adquisiciones de más de 114 empresas con el complicado record de haber, casi sin excepción, restado valor en cada una de ellas convirtiéndolas en Zombies tecnológicos muchas de ellas hoy en el olvido.
El problema de Yahoo, según los expertos es un problema de crisis de identidad que la llevó a cortarse las venas y a desangrarse lentamente dejando ir no sólo su mejor gente sino además consumiendo drogas equivocadas. Yahoo nació con un sello fuerte de Internet en el momento apropiado que la llevo a ser una de las estrellas fulgurantes del universo On line en los 90s. Su mayor problema se da cuando sus fundadores se hacen a un lado para traer a un Semel y su equipo que venían de Warnet Brothers y quisieron vestirla de comunicaciones rompiendo su tradición, su esencia y su enfoque.
De ahí en adelante Yahoo nunca fue la misma. El mercado fue paulatinamente cobrando su falta de coherencia, y la empresa que quiso serlo todo para todos, terminó siendo poco para unos pocos al tiempo que Google arrasaba como motor de búsqueda afianzando su posición dominante. El año pasado las ganancias de Google llegaron a los US$16.350MM mientras las pérdidas de Yahoo lograban el también record de US$4.360MM.
Como medida final, Yahoo atrae a Marissa Mayer, Vicepresidente de Productos de Búsqueda y experiencia al Usuario de Google, en quien pusieron su última esperanza para salvarlos de un naufragio ya cantado después de varias administraciones fallidas. Mayer enfocó gran parte de sus esfuerzos en un cambio profundo de cultura interna y de consolidar su plataforma móvil estrategia audaz pero costosa y tardía.
Su proyecto fracasó ostensiblemente. Rápidamente perdió talento importante, no logró atraer sino uno sólo de sus antiguos colaboradores de Google (Henrique de Castro que salió a los 15 meses con un paquete de US$58MM) e invirtió sumas escandalosas para ganar tracción como pagar US$20 millones para transmitir un partido de la liga profesional de fútbol americano de Estados Unidos (NFL).
Veremos sin duda morir la marca en poco tiempo. Verizon hará lo mismo que Yahoo hizo con sus adquisiciones, diseccionando sus mejores activos que venderá pronto y dejando que este desahuciado muera lentamente en el olvido. Mayer se irá por lo pronto con US$57MM en el bolsillo que pueden llegar según las malas lenguas a US$220MM si se le suman las acciones que ya tiene de la compañía.
Hay dos grandes enseñanzas de esta triste historia:
Como dice la autora Catherynne Valente: “Nunca ponga su fe en un príncipe, cuando se requiere un milagro confíe en una bruja”, a Mayer le faltó la varita mágica!.