E l increible y polémico Jack Welch dijo alguna vez que la lealtad hacia una empresa era un absurdo; afirmación que viniendo del líder de una GE que en los sesentas pregonaba a cuatro vientos la responsabilidad de las empresas frente a la estabilidad de por vida de los empleados mas fieles, sonaba sin duda casi que a herejía.
Tiempos bien diferentes aquellos. De la estabilidad de los 50s y 60s que auspiciaban carreras de por vida en las organizaciones, pasamos a las realidades que impusieron en los 90s mercados que presionados por los vaivenes de Wall Street y su énfasis en los resultados de corto plazo, cambiaron para siempre la estabilidad laboral que hasta entonces fue la norma. Nacía una nueva realidad laboral.
Capitulo aparte muestra la economía actual, la famosa era de las redes. El mañido discurso de que “nuestro talento es nuestro más preciado activo” lo desdibuja una realidad económica que ve salir por la puerta de atrás a su activo más preciado cada vez que se cae el precio del petroleo, o Venezuela deja de comprar, o las bolsas se caen por el default en el pago de la deuda de un país tercermundista gobernado por un loco con quinto de primaria, o el CEO tiene que quedar bien ante unos inversionistas que, la verdad, en aras de su dividendo, poco o nada les importa la estabilidad laboral de la empresa en la que invierten.
Esta realidad, irrefutable, ha ido modificando sin duda la psicología de un ser humano que, para sobrevivir, ha entendido que mas que un discurso romántico de querer ser parte de algo grande de por vida, prefiere la valentía que enmarca una relación honesta de ganancia mutua enmarcada por la creación de valor así esta sea de corta duración.
El mundo corporativo todavía no hace el ajuste, y maneja una incoherencia mayor: despedimos como si el talento fuera desechable sin dolor en el estómago por los años de servicio de gente calificada y fiel (es que el mercado manda), pero seguimos reclutando pensando en matrimonios indisolubles y de largo plazo.Algo anda mal!.
En este sentido me lei hace poco “La Alianza” de Hoffman (Co-fundador de Linkedin) , Casnocha, y Yeh, libro al que llegue a través de Bunny Inc, un exitoso emprendimiento de Colombianos que incluyen la filosofía del libro dentro de su modelo de reclutamiento y que me pareció genial por que la verdad no sólo cambia los estándares de como los jóvenes ven el mercado laboral, sino que además de darle un marco lógico a la relación de trabajo, abre unas enormes perspectivas de como atraer a los famosos Millenials que son hoy un dolor de cabeza en las políticas de retención de muchas empresas.
No me les voy a tirar la lectura del libro (es bien cortico) pero su filosofía es sencilla:
– Cambio de Lenguaje: No somos una familia, no nos tratamos como hermanos, no tenemos una relación padre-hijo (uno no despide a los hijos o si?). Somos un equipo, lo cual de entrada aclara la relación y las responsabilidades mutuas: Cumplir una misión o proyecto objetivo y medible.
– Crear un Pensamiento de Emprendedores: El mercado no da espera. Adaptabilidad y flexibilidad como competencias centrales por encima de la especialidad que puede a veces convertirse en un pasivo en un entorno tan cambiante. Esto habilita además la innovación y la vocación por el riesgo medido.
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– Coraje para tener conversaciones Honestas: Se parte simplemente de decir la verdad frente a realidades tan obvias como que su empleo no es para toda la vida, que todos crecemos de manera diferente, que no todos llegarán a la cima y que en el camino (no importa cuan largo sea) hay unas normas de conducta que se admiten siempre que sea en beneficio mutuo.
La alianza está estructurada bajo un mecanismo sencillo, el de “Viajes de Deber” (tours of duty) que los autores toman de la jerga militar y que no es nada diferente a realizar una misión específica para la cual se les prepara y acompaña (logro y entrenamiento). La metáfora sirve para enmarcar una relación en donde la organización gana cumpliendo el objetivo a la vez que el empleado gana del reconocimiento específico, la diversión que genera la variedad y el honor que en dinero y en medallas le retribuye la organización.
La metodología es muy interesante (les recomiendo su lectura), y deja al final una sensación de alivio validada ya hoy por una gran cantidad de organizaciones en industrias altamente competitivas que han aprendido que el talento hoy, no importa su edad, necesita el reto, necesita la diversión de una misión concreta en donde se pueda aportar, pero sobre todo necesita un marco de honestidad que les permita disfrutar de su rol,..no importa lo que este dure!.