M ark Granovetter es un famoso sociólogo estadounidense de la Universidad de Stanford que en los años 70 elaboró varias teorías que siguen hoy siendo de las más citadas en el campo de la sociología moderna, específicamente en relación a la construcción de capital social. Su teoría sobre la fuerza de los lazos débiles, enunciada en 1973, no soló es pilar de los modelos de negocio de las redes sociales, sino que además explica de manera eficiente las realidades de movilidad en el ámbito laboral vigente en nuestros días.
En palabras sencillas la teoría de Granovetter explica cómo, aquellas relaciones que consideramos lazos fuertes (familia, amigos cercanos, colegas de trabajo, etc) pierden de alguna manera su eficacia como portadores de una información específica. Es, guardadas las proporciones, lo que pasa con los chismes, que una vez entregados a un circulo cercano tiende a dar la vuelta varias veces y a retroalimentarse en vez de expandirse.
Los lazos fuertes son aquellas personas, parte de nuestro capital social, con quienes tenemos una relación de parentesco, amistad o afinidad y en donde generalmente contamos con una relación sólida de confianza construida por años. Los lazos débiles, son las relaciones de nuestras relaciones, es decir los amigos de los amigos o los parientes de los parientes, o para ir al mundo laboral los ex colegas de nuestros colegas, con quienes no tenemos una relación directa o cercana, pero con quienes tenemos una cercanía potencial cuando de transmitir una información o hacer contacto se trata.
La teoría de Granovetter cuando de movilidad laboral se trata, afirma que nuestros círculos cercanos, en general, son poco eficientes cuando de transmitir nuestra voluntad de cambio de trabajo, por que son todos círculos afines y limitados en personas, en donde nuestra información da la vuelta en espiral. Esto no sucede con los lazos débiles. Cuando de obtener una información nueva se trata, son precisamente esas personas con quienes no tenemos cercanía, los que generalmente son dueños de información valiosa o nueva, precisamente por ser parte de redes sociales ajenas a las nuestras.
En los procesos de búsqueda laboral, y esto lo he experimentado mil veces, la lógica humana generalmente reafirma la teoría de Granovetter: Somos muy efectivos trasmitiendo nuestra voluntad o necesidad de cambio a nuestras relaciones cercanas, pero abandonamos pronto (por pena, timidez o “falta de acceso”) a aquellos potenciales contactos que en la práctica podrían tener una mayor incidencia y efectividad en nuestra empleabilidad.
El 95% de la población laboral activa ha llegado a sus trabajos por contactos. Esta no es una realidad local ni mucho menos, es global. Buscamos siempre recomendados y recomendamos frecuentemente a nuestros conocidos. El problema es que el capital social de cada ser humano, normalmente, es pequeño y limitado. A la hora de pensar quienes podrían ayudarnos se nos ocurren unos pocos amigos, uno que otro pariente y pocos ex colegas con los que tenemos la confianza para compartirles nuestra iniciativa de cambio.
Con los lazos débiles al contrario de lo que sucede con los fuertes, somos más desinhibidos a la hora de trasmitir esta información (no tenemos agendas ocultas de orgullo, ego, pena, etc) y precisamente por hacer parte de redes ajenas a las nuestras una vez entregado el mensaje tenemos posibilidades mucho mayores de que este llegue al interlocutor adecuado.
Las redes sociales, sobre todo las profesionales como Linkedin son una herramienta extraordinaria para ensayar la eficacia de esta teoría. A la hora de salir a buscar, y habiendo reducido a una lista corta de empresas con quienes quisiéramos trabajar, Linkedin nos permite identificar quien, de mi red directa, o quienes de mis lazos débiles (relaciones de segundo grado o más) puede ayudarme a hacer contacto con los decisores internos en las empresas con las que queremos conversar. Al hacerlo, además, estamos construyendo con estos, una nueva red de posibilidades al acceder a su propia red lo cual hace que potenciemos varias veces el impacto de nuestra búsqueda.
Este camino, se los digo por experiencia, es no sólo mucho mas eficiente, sino que en la práctica es más divertido en la medida que nos da acceso a gente que alguna vez quisimos conocer.