P or primera vez en varias décadas, y este no es una tendencia solo local, se empieza a ver una curva descendente en el número de inscripciones Universitarias incluso en las instituciones élite. El problema no es menor si sumamos deserciones.
Detrás de estos números, que tienen en estado de alerta a todos los consejos directivos de las más importantes universidades del país, se esconde una verdad importante de cara al mercado laboral, y es la falta de sintonía entre la realidad empresarial que se evidencia, y la capacidad de aporte del estamento de graduados que, están saliendo incompletos, a la espera de que sea el mercado laboral el que los termine de formar.
Y es que como dice Yogui Berra, el famoso pelotero de los Yankees de Nueva York: “El futuro no es lo que solía ser”, sentencia que debería estar determinando de alguna manera la óptica con la que de cara a ese futuro se forma a nuestros estudiantes, pero que dista mucho del modelo de enseñanza que sigue anclado en el pasado.
Sobre el futuro se ha hablado mucho, tanto, que pareciera hay ya coincidencia sobre algunos de los factores que van a determinar de manera crítica los cambios que se avecinan y que van a cambiar de manera profunda la realidad del trabajo y las competencias requeridas para asegurar el éxito y la empleabilidad futura.
La longevidad extrema: Para el 2025 por ejemplo, el número de americanos por encima de los 60 años incrementará en cerca del 70%. Las carreras van a ser más largas, los profesionales maduros van a ser más vitales, habrá mayor diversidad en el contexto organizacional y esta población demandará nuevos productos y servicios.
Las Máquinas Inteligentes: El ingreso de inteligencia artificial reemplazará ciertas actividades humanas, y forzará a los individuos a operar otros escenarios. Los sistemas automatizados nos van a liberar de una parte y serán nuestros colaboradores aumentando nuestras habilidades y a la vez nuestra codependencia.
Incremento de la capacidad de procesamiento. Cada objeto será capaz de procesar data. Todo será programable. El uso de modelos permitirá un mejor manejo de la complejidad. Se requerirán habilidades para interactuar con los datos y diseñar sus resultados.
Nuevos Medios. Las nuevas tecnologías van a moldear la forma en como nos comunicamos. La realidad aumentada, los video juegos, la animación digital entre otros empiezan a moldear un nuevo lenguaje. Nuevas habilidades de interacción, trabajo en equipo y manejo reputacional se derivan de esta realidad.
Superestructuras. Las redes, y las nuevas plataformas de trabajo colaborativo están transformando la forma en como creamos valor dándonos acceso a escalas que antes solo tenían las grandes corporaciones. El acceso al conocimiento y al contenido a través de plataformas abiertas cambiaran el diseño organizacional.
Interconexión Global. El mundo se hizo pequeño e interdependiente. Muchas de las soluciones de innovación ya no son monopolio de las grandes potencias sino de equipos integrados por talento de países en vías de desarrollo. La capacidad de integrarse será una de las capacidades claves en el futuro.
En este entorno de cambio, cuando revisamos las habilidades desarrolladas por nuestros modelos educativos, seguimos viendo esquemas tradicionales que retan poco al individuo a formar las capacidades del futuro.
El profesional del futuro deberá ser capaz de extraer información de su interacción con las máquinas. El pensamiento critico será vital para darle espacio a la máquina en tareas operativas mientras el individuo articula, procesa y toma decisiones que aun las máquinas más potentes no pueden tomar.
El profesional del futuro deberá ser capaz de operar en cualquier ambiente y cultura. Las habilidades de lenguaje y de adaptación serán críticas. La inteligencia social tendrá mayor poder que el IQ, y la capacidad de construir relaciones fuente de oportunidades.
La habilidad de manejo computacional como entrada a la manipulación e interpretación de los datos será clave. El uso de simulaciones será permanente para tomar decisiones. Análisis estadístico y habilidades de razonamiento cuantitativo de uso diario.
Los nuevos medios habilitarán la capacidad del individuo para producir contenido y video. Los trabajadores del futuro necesitaran habilidades más sofisticadas de estas herramientas para atraer y persuadir audiencias. Así mismo su capacidad para hablar el lenguaje de otras disciplinas será el día a día de como operaran los equipos y la colaboración virtual, el manejo y motivación de equipos remotos un activo invaluable.
El futuro cambió. ¿Estamos equipando a nuestros estudiantes con estas herramientas o nos creemos de vanguardia porque les enseñamos a manejar macros en Excel? Algo, definitivamente, no se está haciendo bien.