Me escapé a visitar a mi hija en Nueva York. Estudia su maestría en asuntos globales en NYU y ayer conversábamos cómo, ha evidenciado que, al menos en su grupo, hay una notoria diferencia de auto confianza ligada a género. En general, me decía, las mujeres se ganan su espacio con mucho rigor académico y sus opiniones están fabricadas previo análisis sobre los temas que debaten lo que en la práctica tiene detrás muchas horas de preparación y estudio.
Los hombres, por su puesto no todos, derivan muchas veces su confianza para opinar de un sistema que les ha entregado esa capacidad por el hecho de ser hombres, y se plantan en los debates con mucha energía, a veces con vehemencia cuando no necesariamente están fincadas sus posiciones en un estudio previo. Opera en ellos más la intuición, pero sobre todo el hecho de que el sistema les ha dado el “derecho” a ser escuchados.
Le decía que me ha impresionado recientemente cómo, en dos proyectos en donde estoy trabajando actualmente, he evidenciado lo mismo. Equipos altamente femeninos en donde valoro su rigor, su capacidad de trabajo,su estudio, su preparación, su orientación al detalle y su nivel de responsabilidad. Son dos equipos muy diferentes sobre todo geográficamente: uno es de latinas y otro de españolas. Pero en general mi observación es la misma: mujeres con un nivel de profesionalismo sobresaliente.
Rotular por género no solo es arriesgado sino quepuede ser irresponsable. Pero es innegable que nuestro sistema, sobre todo el profesional, que ha sido comandado, liderado y diseñado por hombres, ha generado por años un desbalance que si bien afortunadamente empieza a cambiar, el cambio es lento y demanda mujeres tenaces, muy capacitadas que dan a diario la batalla por ser visibles, relevantes y por ganarse el derecho a ser escuchadas.
Me recomendó mi hija un libro que empiezo: “Mujer invisible” de Caroline Criado Perez. Una obra muy interesante que expone esta realidad pero que además muestra estadísticamente como el mundo ha sido diseñado por hombres y para hombres. Tiempo de cambiar no?
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