“Si la historia fuera enseñada en forma de cuentos nunca sería olvidada”
A veces pienso que terminé en este oficio simplemente por el gusto aprendido desde edad temprana de oír buenas historias. Tuve la enorme suerte en la vida de moverme en un medio donde, típico de las familias paisas, primaba la tradición oral. Pararse de la mesa era bien complicado simplemente porque era el mejor momento para escuchar los cuentos de los mayores. Allí tuve maestros irrepetibles, muchos de ellos en el mas allá, unos pocos todavía a mi lado validando a diario que todavía hoy, en la era digital, saber contar un cuento es sin duda, una enorme fortaleza.
La verdad es que después de oir tantas historias, unas bien contadas, otras no tanto; he validado que todos tenemos la nuestra, y sin demeritar que por supuesto haya unas mas interesantes que otras, la realidad es que, por lo general, es más la habilidad de quien la cuenta y no la historia en si misma, lo que hace la diferencia.
En el ámbito laboral nos acostumbramos a que el mercado tenía un formato de curriculum, con unas “reglas” que había que seguir, y que nos imponía en una o dos páginas el marco desde el cual teníamos que contar nuestra historia. Un listado frío de responsabilidades y logros, adobado por algunos números que parezcan descrestantes y que de alguna manera le prueben al lector lo inteligentes o capaces que somos: aburrido no?.
Nuestra vida laboral ha estado llena de altos y bajos, de buenos y malos jefes, de negocios interesantes y aburridos, de mercados fáciles y complejos, de productos innovadores, de momentos de mucho presión, de etapas de tremenda monotonía, de competidores aguerridos, de aciertos y metidas de pata; elementos todos de mucha riqueza a la hora de estructurar una historia en donde la tensión entre el fracaso y el éxito, entre el dolor y la alegría, hablan mejor y son más entretenidos que hojas de vida que la verdad, mucho se parecen a recetarios de cocina.
Heminway decia: “Escribo una página maestra por noventa y uno de mierda.Trato de poner la mierda en la caneca de basura”. Sé que es difícil equiparar nuestro cv a una obra maestra de Heminway – el mercado no nos exige tanto-, pero creo que hay algunos elementos que pueden ser útiles, antes de que nuestro esfuerzo termine en la caneca:
1. El primer elemento clave en una historia laboral bien contada es que se parta de la veracidad,y para esto tenemos que escribir desde la vulnerabilidad..Nada mas aburridor que un narrador -de esos que se tienen Fé- en donde su historia es un recital de éxitos ascendentes donde siempre se les retrata en el podio. Donde están las caídas, los premios de montaña, los retiros forzosos, las peleas con el equipo o los desacuerdos con el capo del equipo?. No tenemos que posar de Dioses del Olimpo. Somos simples mortales, eso si con uno que otro merito para resaltar, pero con mucha caída en el camino; es simplemente lo normal. Para que entonces posar de figuras?.
2. No hay historia interesante sino hay pasión en el camino. Es en el amor y en el desamor en donde por lo general el cuento se pone interesante. No sé que nos dirá la estadística pero en general una carrera profesional se parece poco a un Corin Tellado y más a una obra de Victor Hugo;si bien puede terminar en un “y fueron felices”, la verdad es que rara vez esta desprovista de sudor y lagrimas. El mercado no quiere ver al artista;quiere ver al hombre de carne y hueso, el que vivió la historia, el ser humano que se sobrepuso a la fragilidad y limitaciones que nos impone la vida, pero que al final, sabiéndose imperfecto, se la jugó a fondo por un sueño.
3. Arranquemos por un cuento, el tiempo nos irá dando herramientas para escribir luego una novela. Si bien puede ser una recomendación de formato, no necesitamos de diez páginas para contar nuestra historia. Los cuentos cortos, cuando tienen los elementos adecuados, son muchas veces, mucho más entretenidos que una novela. Se necesita de mucha pericia en el arte de escribir para meternos de lleno en una novela larga. Cuando la historia así sea corta, nos logra enamorar del personaje central, no necesitamos de páginas extras;estoy seguro de que su historia tiene los elementos necesarios.
Los dejo con el video de Andrew Stanton, ese sí un maestro en el arte de contar buenas historias. Si el tema los seduce, en www.ted.com hay un Play List que se llama “How to Tell a Story”. Se las recomiendo todas,pero no se pierdan la de Stanton y la de Isabel Allende: son espectaculares. Si de novelas se trata, no puedo dejar de recomendarles El Manatial de Ayn Rand, un libro que tiene que estar en su biblioteca.