Uno de los grandes retos del mercado laboral actual es la convivencia en el entorno organizacional de cuatro generaciones demografica y sociológicamente bien diferentes. Los avances de la ciencia han permitido por primera vez en la historia corporativa, la convivencia, a veces no tan pacífica, de profesionales entre los 23 y los 70 años, con filosofias de vida y formas de trabajar diametralmente distintas.
En otra epoca esto no sería un asunto a tratar. Hace una generación, todavía subsistian rezagos de los modelos o teorias gerenciales que avalaban el respeto jerárquico y el modelo de supervisión hoy obsoleto. A los mayores de 60, les toco vivir en carne propia el modelo X de Mcgregor: Una visión fuerte de la administración basado en el control porque asumía la falta de iniciativa en los jóvenes o “inexpertos”.
Los mayores de 50 vivieron dos modas: La Gerencia Matricial con reportes por jerarquia a directores de area, y entrados en los años 70 la época de calidad total que por primera vez incluyo el bienestar interno en la organizaciones como parte de las prioridades estrategicas. A los mayores de 40 nos tocó iniciarnos en el mundo laboral bajo la influencia del modelo de “reingeniería” (no la mejor etapa para iniciarnos en el mundo laboral) y la inclusión del CRM dentro del vocabulario empresarial. El modelo de Hammer tenía enfoque en el cliente y por lo tanto se priorizó el proceso y no la función.
Finalmente llega el milenio, la revolución tecnológica, el “Oceano Azul”, el lead six sigma, la ruptura de paradigmas y modelos, y la innovación como centro absoluto de la supervivencia empresarial: Rapidez, flexibilidad, adaptabilidad y modelos organizacionales basados en trabajo por proyectos, con el mejor talento alrededor de causas comunes, y el conocimiento como centro del universo.
Bueno o malo desde donde se vea (personalmente me parece una época fascinante), la realidad es que la Generación Y (los Millennials), están ingresando al mercado laboral con una visión del mundo, unas demandas de cultura interna, y un estilo de interlocución que necesariamente van a moldear las organizaciones que no tienen opción distinta a aprender a manejarlos y así sacarles todo su potencial. Algunas sugerencias:
– Sea Brutalmente honesto: Esta generación es exigente de la verdad. Es irreverente, dice las cosas como son y de frente. Con ellos ser político es contraproducente. Están acostumbrados a decir las cosas y que se las digan,..sin rodeos. Sea franco, no dilate el feedback sea este positivo o negativo. Se lo agradecerán.
– Cuenteles toda la película: Esta generación como ninguna está en busca de una misión, de algo grande, que se ajuste a su escala de valores. Quieren trabajar por un proyecto que haga la diferencia. Lograr su total involucramiento depende 100% de hacerlos participes, de tener en cuenta sus sugerencias e ideas. Su productividad es directamente proporcional a su capacidad de hacerlos sentir que ellos hacen parte de la diferencia.
– Deles espacio: Esta generación creció con altos niveles de refuerzo positivo, la última tecnología al alcance de su mano, retos variados y de corto plazo. La clave de su enfoque estará en el tipo de proyecto asignado. No creen en formalismos, ni se acomodan bien a la rigidez de un codigo de vestido ni de horario. Trabajan muy bien dentro de un marco claro y detallado pero una vez dictado deles una enorme libertad para generar los resultados.
– Formelos a través de Talento Senior: Aunque esta generación tiene la particularidad de que “todo se lo sabe” (al menos eso creen), sobre todo cuando de tecnología se trata, la realidad es que hay algo que no tiene: Experiencia. La mejor manera de integrarlos es buscando mentores senior dentro de la organización, que siendo co-equiperos de sus proyectos, les de un marco conceptual y algo de perspectiva. De paso es una muy buena forma de energizar a su talento experimentado.
Ayer se anunció que el juego Candy Crush podría alcanzar un valor de mercado cercano a los US$7.600MM, similar al de compañías como LAN. A la velocidad que cambia el mercado, tener varios Millenials en su empresa, y tenerlos motivados puede ser sin duda su mejor inversión.