http://www.youtube.com/watch?v=EADvfTINy5k
En 1986, Esperance, provincia de Australia, pasaba una de sus más dramáticas recesiones. La flota pesquera había pasado de 47 a 7 botes, y el desempleo rondaba el 20%. Fue entonces cuando, a través de un contrato con el Gobierno Australiano, Ernesto Sirolli llegó a Esperance a aplicar una metodología que el denomina “Facilitación Empresarial”, que ha repetido con éxito en más de 250 comunidades alrededor del mundo , y que le permitió de paso a Esperance volverse uno de los ejemplos de emprendimiento más exitosos de Australia.
Creemos, dice Sirolli, que el futuro de cada comunidad se encuentra en la captación de talento, de la energía y la imaginación de su gente;por lo tanto nos especializamos en los enfoques sensibles al desarrollo local que crezca la comunidad desde adentro, transformando a las personas apasionadas en empresarios exitosos.
Su conferencia es sencilla al igual que su metodología: Para que un emprendimiento funcione, antes de llegar a aplicar modelos impuestos, lo primero que hay que hacer es escuchar a la comunidad., oir sus necesidades y ver la forma de transformar su pasión y su conocimiento, en un emprendimiento viable dándoles herramientas que tal vez ellos no posean. Sinembargo, se parte siempre de su pasión por un oficio,.
La charla es magnifica, por la sencilla razón de que su metodología, la de escuchar, aplica no solo a los más variados modelos de negocio, grandes y chicos, con TLC o sin ellos; aplica igualmente a las demás relaciones humanas en donde siempre hay alguien que se abroga el derecho o el poder de decirle a los demás lo que tienen que hacer. El modelo Sirolli en la práctica lo que enseña, es que al final, la gente lo que necesita es ser escuchada, que le faciliten su vida ayudandole a perfeccionar lo que hace mejor, no cambiándole de tajo su estructura su esencia, su historia.
Me hubiera encantado que por la misma fecha de Esperance, la Federación de Cafeteteros nos hubiera traído al Italiano, no para enseñarle a nuestro cafeteros a sembrar maracuyá y lulo (todo un fracaso) , sino para mostrarles que al igual que el pescado Australiano que se podía vender en Japón a 20 veces su valor, nuestro café podía igualmente ser vendido en Europa y Estados Unidos, con marca propia, a través de cadenas gourmet, sin dejar todo el valor en el intermediario.
Me encantaría igualmente que nuestros ilustres políticos, que ahora empiezan a fabricar el eslogan de sus campañas, le dediquen primero un tiempo a Oír a la comunidad que pretenden servir, para descubrir que está en ellos y no en sus ideas redentoras, la solución a la mayor parte de sus problemas y que su oficio no debería ser otro que facilitarles el camino.