“Beso en la Puerta, Palo en la Huerta” es un viejo dicho paisa que hace gráfica la habilidad que tienen ciertos personajes de posar de próceres en público para portarse como patanes en privado. Son aquellos parásitos que transitan por las organizaciones robándose las ideas y los triunfos de sus subalternos sin dar crédito al trabajo de los demás. Son quienes manejan el chisme como herramienta para hacerse “cercanos” al liderazgo de la organización, pero por detrás critican las decisiones gerenciales sin dar aportes reales o hacer críticas constructivas.
Lo peor es cuando esta actitud, la del maltrato, la descalificación y la injusticia vienen desde arriba de la organización, sembrando el caos, la inestabilidad, y el temor.Aunque algunas veces, el hecho pasa a ser de público conocimiento, la realidad es que el mismo temor termina protegiendo a estos monstruos que siguen siendo capaces, muchas veces con promesas falsas y con dinero como herramienta, de atraer a incautos que meses después están de nuevo tocando las puertas del mercado, habiendo abandonado carreras exitosas.
Sé que no existe un mecanismo para que en justicia el mercado vete a estos personajes y sus organizaciones. Sé que no tenemos las herramientas para poner en el cadalso como se merecen a estas divas corporativas, que se pasean por las revistas sociales, dictan conferencias de sus éxitos corporativos, patrocinan salones Universitarios, cortan cintas de inauguración, y lavan conciencias con sus programas de “responsabilidad social”, cuando sus empleados se despelucan por tratar de encontrar alternativas a sus carreras.
Lo que es inaudito y no me cansaré de repetirlo es que en la era de la información, quien está optando por una posición en una organización que no conoce a profundidad, no haga la investigación previa para averiguar por los valores reales, el clima interno, la estructura de liderazgo y las posibilidades de crecimiento que va a tener en su nuevo empleador.
Llame un amigo, busque en internet, hable con recursos humanos, mándele un mail a su head hunter de confianza,.hable con su coach, consulte a su esposa/o, vaya a misa, yo que sé , haga lo necesario, pero no se vaya como burro al matadero cuando existen miles de alternativas para hacer un assessment real y profundo. Si bien la necesidad tiene cara de perro, no existe dinero en el mundo capaz de pagar una mala experiencia laboral. Su salud mental, la estabilidad propia y la de su familia, y la cuenta del medico le cobrarán después su falta de diligencia.
No todo lo que brilla es oro, y en el mundo corporativo, existe mas de un tarado en donde lo único que realmente le brilla es el reloj en su muñeca, porque su alma, su comportamiento y los valores que trasmite son realmente de carbón. Ojo, que no lee pase por confiado!!