Creo que como casi todos los Bogotanos me he empezado a volver un ciudadano más consciente de mi necesidad de asumirme como responsable en relación a casi todos los temas que como habitante de la capital nos afectan. En esto debe darle de alguna manera las gracias a Petro que logró con su incapacidad, que tuvieramos que empezar a transformar nuesta critica permanente de la pasividad a la acción.
Por supuesto sufro como los demás todos y cada uno de sus problemas de la capital, pero del inmenso problema que le deja Petro a Peñalosa, el del transporte es sin duda uno de los que más me afecta. Aplaudí la iniciativa de Peñalosa del metro elevado: por estética, rapidez y costos es sin duda el más lógico; pero la verdad, es que estamos lejos de ver la primera linea funcionando que será además una solución parcial frente a una ciudad que sigue adoptando cerca de 150.000 carros anuales que por supuesto no caben, pero que además son el más ineficiente delos medios de transporte y la más inutil de las inversiones.
El automovil no pasa por ningún lado el análisis de la racionalidad de movilidad en una ciudad sin vias. El 90% de los carros en Bogotá llevan un solo pasajero; el promedio de velocidad es de 12 Km por hora; es contaminante y finalmente moviliza una enorme minoría de clase media que ve todavía en el carro un activo aspiracional, en detrimento del espacio que requieren medios masivos para movilizar a la mayoría.
Por supuesto que no pasa tampoco la racionalidad económica, mejor dicho, es una pésima inversión. A la inversión inicial que volvera a encarecerse ahora que el dolar anda disparado, sumémosle lo obvio: el seguro, el impuesto de rodamiento, el mantenimiento, la revisión mecánica, la gasolina, los parqueos, etc, etc. Con la sola renta que esa inversión genera en una cuenta de ahorros, usted paga el transporte de un año, deja de contaminar, saca un carro más de circulación, se evita los innumerables madrazos que a diario damos por no llegar a ningún lado o no tener donde parquear, camina, hace ejercicio ,y guarda la platica.
En mi caso, que soy lento para tomar decisiones y que venía masticando opciones hace rato , opté por la bicicleta electrica: hoy soy feliz. Desde que Petro cambio la dirección de la once mi trayecto diario de la casa a la oficina que es de sólo 25 cuadras se transformó de un paseo de 20 minutos a un parto de 35-40min que he sufrido cada uno de los ultimos 10 meses sin excepción. He tenido dias en que me vengo caminando, trayecto que hago en 35 minutos compitiendo de tu a tu con los buses de SITP en el enorme parqueadero que se ha vuelto la carrera septima:Absurdo.
Así que ayer le eché mano a los ahorros, me compre la bici y la ensayé desde el centro Andino hasta la casa en Usaquen trayecto al que le metí musiquita. Alcanzó sólo para cinco canciones. En 16 minutos estaba en la casa. Hoy en 12 minutos estuve en la oficina. Yo sé que tendré días en que me monte a un taxi, o en que la lluvia me obligue a dejarla parqueada, pero la realidad es que es de lejos el transporte más eficiente en una ciudad en que ya tenemos muchos kilómetros de ciclo vias. Me sentí en una capital de primer mundo, de esas en donde las vias son casi que exclusivas para el transporte público y que ya tienen arraigados esquemas de transporte diferentes a un carro que usan sólo para el fin de semana o para salir de la ciudad.
Mi decisión no fue producto de mi consciencia medio ambiental, ni mi sello de carbono ni un acto generoso frente a la ciudad, al reves, sólo producto de mi desespero, de quererle robarle tiempo al tráfico para usarlo en provecho mio, de mi familia, de mi bienestar. La realidad sinembargo, es que hoy hay un carro menos en el trancón, y hay un ciclista más que tiene una hora más de tiempo para disfrutar. Ensáyenlo, realmente vale la pena!.