En su libro Serpientes en Traje: Cuando los Psicópatas van al Trabajo, Babiak y Hare hacen una magistral explicación de cómo el mundo corporativo y político, por la forma como está estructurado y por el tipo de valores que comparten, han abierto un boquete gigante en el que se han colado personalidades con psicopatías definidas. El tema no es para nada nuevo, Maquiavelo hace cinco siglos nos lo había narrado con precisión en su estudio de Cesar Borgia y Fernando de Aragon (dos prototipos clásicos); la diferencia es que Babiak y Hare, usan la ciencia moderna a través de un test de personalidad,para encontrar la no despreciable evidencia de que el 4% de los evaluados tenía tendencias psicopáticas.
Hay veinte rasgos descriptivos de este tipo de personalidad según su estudio:
“Gran capacidad verbal y encanto personal,autoestima exagerada, constante necesidad de obtener estímulos y tendencia al aburrimiento, inclinación a mentir de forma patológica, comportamiento malicioso y manipulador, carencia de culpa o cualquier otro tipo de remordimiento, afectividad frívola y superficial, falta de empatía, crueldad e insensibilidad, estilo de vida parasitario, carencia de autocontrol, vida sexual promiscua, problemas de conducta desde la niñez, falta de metas realistas a largo plazo, actitud impulsiva, comportamiento irresponsable, incapacidad patológica para aceptar responsabilidades sobre sus propios actos,matrimonios de corta duración, tendencia hacia la delincuencia juvenil, versatilidad para la acción criminal, aptitudes para influir en la revocación de su libertad condicional en caso de ser sujetos a alguna acción penal.”
Suena como a la descripción de cualquiera o por lo menos muchos de nuestros políticos, o la cúpula de uno que otro líder o fundador de iglesia redentora, y por su puesto a muchos de nuestros lideres empresariales que cabalgan muchas veces sobre los verdes prados de la ignorancia, pero las más de las veces sobre un entorno de valores sociales y empresariales en donde nos han enseñado a admirar a quienes por encima de todo y de todos logran escalar la escala corporativa apalancados en “el sistema” a costa de los demás.
En el mundo corporativo, el cada mas mas sangriento e inhumano mundo corporativo, ese que tiene que responderle a los accionistas por una rentabilidad determinada “no importa lo que haya que hacer”, el psicópata se mueve como pez en el agua. Babiak y Hare muestran como, detrás de algunas de las grandes fusiones, escisiones, compras y sobre todo reestructuraciones existe la necesidad de un líder cuya falta de empatía y cuya orientación al resultado facilite estas tareas.
La discusión complicada tiene que ver con que la psicopatía por años se entendió como una anomalía psíquica en individuos patológicamente alterados como consecuencia de su adaptación al medio;ya no. Los últimos estudios de la neurociencia señalan que este trastorno de la personalidad podría tener también un origen orgánico: es decir, el psicópata nace y se hace. Digo que es complicado por que el capitalismo a ultranza, el que vivimos a diario, el de corporaciones que trimestralmente le tiene que probar a los mercados una rentabilidad por encima de la media, ha ido forjando una élite de empresarios y de ejecutivos para los que su trabajador es un insumo más, prescindible, en cualquier momento, con justificaciones de recortes dictadas muchas veces por los fondos de inversión, por los fondos de capital y por traders que mueven la maquinaria para uno y otro lado sin importarle el ser humano que entregó su vida y sus mejores años a una corporación.
Será que le estamos jugando el juego a una enfermedad que se está inoculando por vía oral desde la temprana infancia?; no sé, pero cuando leo sobre los interbolsas de este mundo se me viene a la cabeza de inmediato la imagen de Hannibal Lecter.